La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) alertó sobre el impacto que la escasez de diésel tendrá en la seguridad alimentaria de Bolivia y en el incremento de los precios de los alimentos, tras el anuncio del Gobierno de que no podrá satisfacer toda la demanda de combustible.

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El presidente electo de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Klaus Freeking, expresó su preocupación sobre los efectos de la escasez de diésel en el sector agroindustrial, advirtiendo que la seguridad alimentaria de Bolivia está en peligro. Según Freeking, la región de Santa Cruz solo está recibiendo 700.000 litros de diésel por día, mientras que la demanda diaria es de 3,3 millones de litros. Este desabastecimiento podría afectar gravemente la cadena de suministro de alimentos y aumentar los costos de la canasta familiar.
La falta de combustibles es consecuencia de la escasez de divisas, lo que impide al Gobierno importar los carburantes necesarios. El presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, indicó que se requiere la liberación de créditos internacionales para solucionar esta crisis. Freeking demandó una serie de medidas, como la libre importación de carburantes, la eliminación de restricciones en el mercado interno, y la derogación de las disposiciones que afectan la comercialización de estos productos.
El representante de la CAO también criticó las intervenciones del Estado en el mercado y exigió la eliminación de las restricciones a las exportaciones, argumentando que estas acciones afectan negativamente la economía boliviana y empobrecen a las familias.