La decisión del Gobierno de suspender temporalmente las exportaciones de aceite comestible genera polémica. La Cainco advierte que esta medida asfixia al sector productivo y amenaza el futuro económico del país, mientras el Ejecutivo argumenta que busca estabilizar el mercado interno.
La Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) expresó su profunda preocupación ante la reciente decisión del Gobierno de suspender temporalmente las exportaciones de aceite comestible. El presidente de la Cainco, Jean Pierre Antelo, calificó la medida como una “receta para el colapso” y advirtió sobre el impacto negativo que esta política tendrá en el sector productivo y la economía nacional.
“Hoy es el aceite, ¿y mañana? El Gobierno asfixia al sector productivo, ignora su responsabilidad y destruye el futuro del país”, escribió Antelo en la red social X tras conocerse la medida anunciada por el ministro de Desarrollo Productivo, Néstor Huanca.
Huanca explicó que esta determinación responde a la necesidad de estabilizar los precios del aceite en el mercado interno, que han registrado incrementos significativos. Actualmente, en La Paz, el galón de cinco litros de aceite procesado en industrias cruceñas supera los 75 bolivianos, un aumento frente a los 50-55 bolivianos registrados anteriormente. En contraste, el producto argentino, que también abunda en los mercados locales, se comercializa entre 68 y 70 bolivianos.
El ministro anunció que se reforzarán los controles fronterizos para evitar el contrabando del producto y se intensificarán las acciones contra la especulación a través del Viceministerio de Defensa del Consumidor. Sin embargo, Cainco cuestiona la eficacia de estas acciones y subraya el perjuicio que supone la medida para un sector que, solo hasta septiembre, había generado exportaciones de aceite de soya por 315 millones de dólares, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).