Un terremoto de 6,8 grados de magnitud sacudió la región occidental del Tíbet, provocando el colapso de miles de viviendas y dejando 126 fallecidos. Las autoridades trabajan contrarreloj para rescatar a los afectados y proporcionar ayuda en condiciones extremas.

El Tíbet fue escenario este martes de un fuerte terremoto de 6,8 grados de magnitud que causó la muerte de 126 personas, según el último reporte oficial. El seísmo, registrado a las 9:05 hora local en el condado de Tingri, prefectura de Shigatse, se produjo a una profundidad de 10 kilómetros y desencadenó más de 500 réplicas hasta el momento.
De acuerdo con el Centro de Redes Sismológicas de China, 24 de las réplicas tuvieron una magnitud de entre 3 y 3,9, mientras que tres superaron los 4 grados, alcanzando un máximo de 4,4. Las autoridades informaron del derrumbe de 3.609 viviendas, de cuyos escombros se rescataron 407 personas.
El desastre obligó al reasentamiento de 30.000 residentes, quienes enfrentan temperaturas extremas de hasta -17 °C. Las autoridades chinas han enviado 22.000 artículos de socorro, incluyendo tiendas de campaña, abrigos y camas plegables, para brindar refugio y ayuda a los afectados.
El presidente Xi Jinping instó a realizar “esfuerzos exhaustivos para salvar vidas” y prevenir desastres secundarios. La región del Himalaya, cercana al epicentro, permanece cerrada al público mientras continúan las labores de rescate.
La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma asignó de urgencia 100 millones de yuanes (13,6 millones de dólares) para las tareas de alivio tras el desastre. A pesar de la baja densidad de población de la zona, unas 6.900 personas residen dentro de un radio de 20 kilómetros del epicentro.
La región, situada en el cruce de placas tectónicas asiática e india, es conocida por su alta sismicidad, aunque muchos terremotos afectan áreas escasamente habitadas.