El presidente surcoreano Yoon Suk-yeol anunció la ley marcial en un mensaje televisado, justificándola como una medida para proteger el “orden constitucional” frente a actividades “anti-estatales” atribuidas al opositor Partido Democrático (PD).
EFE / Seúl
En una declaración inesperada, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, decretó la ley marcial alegando amenazas al orden constitucional por actividades “anti-estatales” del principal partido opositor, el Partido Democrático (PD). Este anuncio surge en un contexto de tensiones políticas intensificadas por las recientes acciones de la oposición, como la aprobación de presupuestos generales sin el respaldo del partido gobernante y mociones para destituir altos funcionarios.
La medida generó una rápida reacción de la Asamblea Nacional, que votó por su revocación con 190 votos a favor, obligando al presidente a retirarla según lo estipulado en la Constitución. Miles de personas se manifestaron frente a la sede del Parlamento en protesta contra la ley marcial y exigiendo la dimisión del mandatario, cuyo índice de aprobación ha caído al 17 % según Gallup Korea.
El descontento popular ha sido alimentado por múltiples controversias, incluidas las acusaciones contra la primera dama y la percepción de una gestión ineficaz del Gobierno. La oposición, mientras tanto, ha ganado terreno, con un aumento en su respaldo al 36 %.
El decreto ocurre en un momento crucial, ya que Corea del Sur enfrenta desafíos internos y externos que podrían definir el futuro político de Yoon y de la nación.